Al día siguiente no la encontró,
decepcionado fue a un bar y espero, sin saber qué hacer. Entonces tomo la
decisión de ir al psiquiátrico.
Allí vio que estaba todo convulsionado, una
interna se había escapado. Cuando supo de quien se trataba por las
características físicas, supo que María estaba en peligro, salió de allí rumbo
a algún lugar en que pudiera encontrarla, en el hotel, en la casa incendiada, entonces,
pensó en la playa.
Sus pies se hundieron en la arena, el sol
agobiante quemaba su piel, no sabe cuánto tiempo estuvo allí, caminando,
buscándolas, cuando ya creía que era inútil seguir encontró a las dos mujeres.
-¡María! - grito desesperado al verlas,
Eugenia se encontraba en el mismo estado deplorable como la había visto la última
vez.
-No se preocupe Moreno, no me va a pasar
nada, yo la saque de allí.
-María esa mujer no responde
María estaba muy alterada, no podía
controlar sus nervios.
-¡Si, si va a responder!, ¡habla, habla
maldita! No finjas porque te conozco-María estaba totalmente fuera de sí.- Sabe
que periodista, no está tan loca como parece, le aseguro que puede hablar y
recordar.
-¡¡Dejela!!
-¡¡No… se acerque!!, ¿Quiere saber? Bien yo
le voy a contar, ni ella es la distinguida dama, amada y respetada, ni yo soy
su devota hija que la ama y la busca porque quiere ver a su mami.
-¡No entiendo! hablaremos después, ahora la
llevaremos al hospital, no siga metiéndose en problemas.-El hombre trataba de
mantener la calma.
-¡No de ninguna manera! Ella se viene
conmigo,¿ Te acordás? como volviste loco a mi padre para que te trajera a la
tumba de tu adorado Giannini, bueno pues allí vamos, a su tumba, para que te
pudras junto a él.
Moreno solo se limito a escuchar. Con sus
brazos extendidos al costado de su cuerpo, guardo silencio.
-¡Vamos mamá! ¡Vamos al cementerio! ¡Ah
Moreno sígame que le cuento! Esta mujer era muy mala cuando yo era niña ¿Se
acuerda que yo le dije que había cosas que usted no sabía?
-Si María, lo recuerdo –Ahora si el
periodista estaba más confundido que nunca, por eso la siguió en silencio.
- Ella me pegaba Moreno, me encerraba en el
armario, en el baño, cualquier lugar le venía bien, su obsesión era encerrarme,
no importaba donde, decía que yo era una niña mala. Ahora yo quisiera que me
digas que te hacía yo, para que dejaras marcas en mi cuerpo.
Su vos se escuchaba desequilibrada, como si
la angustia guardada durante tanto tiempo explotara en ese momento.
-¿Porque no pidió ayuda María? –preguntó el
periodista
--¡No me hubieran creído!
-¿Y las marcas?
-Era una niña, tenía miedo, sabe que, las
escondía, las tapaba, no quería que la gente supiera que mi mamá me hacia esas
cosas, a lo mejor yo estoy tan loca como ella.
-¡No… no diga eso! suele pasar, un
sentimiento de culpa. Pero ahora no vamos a ponernos a hablar de eso.¿ Falta
mucho María? Porqué mejor no dejamos todo como está.
-¡No! no falta mucho, ya casi llegamos .Haber,
que mas tengo para contarle, que usted no sepa, que yo me iba a casar, ya lo
sabe, que discutimos también, ah sí que me golpeó cuando supo que estaba de
novia, entonces yo me fui, y cuando regrese me esperaba con la sorpresita.
-¡Eh haber un momento! usted está queriendo
decir que ella armo su desaparición.
- Juraría que así fue, pero ya me lo va a
confirmar, ya llegamos, ahí está el portón
-¡Que le va a decir! si ni la escucha,
haber déjeme que la ayude, aquí hay una subida.
-Siga derecho, por allí, ve al final esta
la tumba del desgraciado.
-¡Que culpa tendrá!
-Era un maniático igual que ella, si no
pregunte en el pueblo, y eso que existió hace cien años, todavía dejo huellas.
-Sí, la bibliotecaria algo me dijo.
-¡¡Ya está, ya llegamos!!
-Tranquila María, ¡cuidado!
-Y bien, ya estás aquí, en la morada de tu
amado, recuerdas que te enamoraste de él cuando vistes su retrato. Y a partir
de aquel momento ….
-Fue mi obsesión –dijo la mujer
Moreno quedó tan impactado que sus ojos
parecían salírsele de sus orbitas.
-No estaba equivocada, sabía que saldrías
de tu escondite.
-Sabes… que ya… no puedo regresar.
-Si lo sé.
La mujer contesta meciéndose todo el tiempo
en la silla, de adelante hacia atrás, su mirada sigue perdida en un punto fijo,
su vos se la escucha quebrada y por momentos se corta entre palabras.
-Que… te culparan por mi desa…parición, así
no te irías de mi lado, con un…hombre Ma…ria, dejarías a tu madre por
un…hombre.
-¡Dios mío! eso no lo imagine.
-Y todo… se me escapo de…las manos,
sabes…fui una anciana…durante… quince años, hasta…ese dia en que el…espejo me
dijo quien era, entonces…saque mi disfraz. Vi mi rostro aun joven y supe…que
estaba atrapada en mi propia trampa. Debería ser… una anciana el resto de mis días.
Rompí el espejo y…quemé mi destino, pero ni el fuego pudo apagar mi desgracia.
Ya… no pude regresar.
-No se puede culpar a alguien así como así,
alguien te ayudaba
- Mi niña, Paolo…hasta que tuvo …piedad por
ti.. y dejo todo como estaba, dejo que me pudriera en este pueblo y a ti te
cuido y te protegió.
-Sabes, que yo no podía dormir, por las
noches pensaba que tú volverías a matarme, que me estabas vigilando, escondida
en alguna lugar y mira resulta que no podías salir de tu escondite.
-Iban a acusarte de secuestro, entonces… yo
volvería, así pasaron… los días, los años y aquel día supe que eras un despojo
humano, entonces sonreí…satisfecha, hasta que me encontré frente al espejo.
-Mamá, dime,¿ Por qué? no me has querido,
¿Por qué? si yo, era una niña, tan solo una niña que necesitaba de tu cariño¡ Tú,
me odiabas tanto! Y yo sufría ¿Por qué?
No me quisiste ¡Dime porque!...
-María ya esta…
-¡Que Moreno!, no esto no puede estar pasando.
-Es el final María.
De pronto la mujer se levanto
-¿Qué haces? –gritó María.
-- María, eres una niña mala, muy mala
-¡Qué haces!, adonde vas?
-Tú lo dijiste, esta es la morada de
Giannini y aquí me quedo
Beso
el retrato del iracundo joven que yacía en la sepultura. Corrió hacia un
costado donde había una escalera. Comenzó a subir, ante los gritos de María y
Moreno. Otras personas se acercaron al lugar, la mujer estaba fuera de sí,
decía cosas incoherentes, maldecía a la muchacha, subió tan alto pero tan alto,
que finalmente dejo su cuerpo volar para obtener quizás así, la paz que tanto
necesitaba su alma, por haber habitado una mente enferma.
Camino por la playa, tenía que ordenar su
cabeza, tiro al mar un retrato y el último libro de Giannini.El, la esperaba al
final del camino, se abrazaron y se fueron caminando, en silencio, libres,
tranquilos.
Dicen, que María y Pablo jamás se
separaron.
FIN
Estela caruso jaeltete cuentos
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